“La seguridad forma parte de nuestro ADN” – Daniel Martín, Competence Centre Robotics Manager de Pilz España
- Pilz impulsa la seguridad como eje central de la automatización, combinando tecnología, consultoría especializada y formación para afrontar retos como la ciberseguridad o la falsa percepción de seguridad en robots colaborativos.
- En la siguiente entrevista, Daniel Martín nos explica cómo la evolución normativa y el conocimiento técnico son claves para garantizar una convivencia segura entre operarios y robots.

En el marco del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el pasado 16 de mayo Pilz lideró la mesa redonda ‘El desafío de robotizar la industria creando espacios seguros’, celebrada en el Aula Magna de la EUSS.
Moderado por el periodista Aureli Vázquez, el encuentro reunió a referentes del ámbito industrial, académico y de la prevención como Daniel Martín (Competence Centre Robotics Manager de Pilz España), Laurent Bodin (CEO de Yaskawa Ibérica), Núria Grau (técnica de seguridad en Teknics), Àngels Secanella (CEO y cofundadora de Nagual), Josep Lluís Pascual (técnico en Prevención de Riesgos Laborales del Institut Català de la Seguretat i la Salut Laboral), y Llorenç Servera (profesor del departamento de electricidad de la EUSS).
En esta entrevista, Daniel Martín comparte los puntos clave del debate y reflexiona sobre la evolución normativa, la convivencia hombre-máquina y los nuevos desafíos como la ciberseguridad o la inteligencia artificial.
- La mesa redonda ha girado en torno a la creación de entornos seguros en la industria robotizada. ¿Cuál dirías que ha sido la principal conclusión del debate y qué mensaje clave te llevas como experto en robótica?
La jornada ha sido muy positiva para abordar la seguridad reuniendo a una representación de los diferentes actores implicados. En Pilz, la seguridad forma parte de nuestro ADN y divulgamos activamente este valor más allá del negocio.
Respecto a la mesa redonda, destacaría varios puntos clave:
Primero, es esencial que las normas evolucionen en paralelo con los avances tecnológicos. La actualización ágil de las normas o la inclusión de guías que contemplen estas nuevas tecnologías es imprescindible.
Segundo, la actualización de la norma ISO 10218 está empezando a aclarar el concepto del “no robot colaborativo”, haciendo pedagogía sobre qué significa realmente la colaboración hombre-máquina. Es vital matizar estos términos para evitar falsas expectativas o la idea errónea de que un robot es seguro por sí mismo.
Por último, la convivencia entre técnicos e integradores con un sólido conocimiento técnico en prevención es crucial. En Pilz contamos con un equipo consultor con amplia experiencia técnica que aporta un gran valor a las empresas con las que trabajamos.

- Con la reciente actualización de la norma ISO 10218, ¿cuáles crees que son los mayores retos que enfrentan actualmente los fabricantes e integradores de maquinaria?
Aunque como empresa no somos fabricantes de maquinaria, sí puedo hablar desde la mi experiencia en la integración de robots, que es donde vemos los mayores retos.
La norma ISO 10218 aporta muchas herramientas y detalles sobre las funciones de seguridad aplicables a robots. Sin embargo, uno de los retos más significativos es la creciente complejidad en el diseño de los sistemas de mando relacionados con la seguridad.
Esto requiere profesionales con un profundo conocimiento tanto del funcionamiento del robot como de la aplicación concreta, además de un dominio exhaustivo de la normativa y de seguridad.
Un nuevo desafío emergente es la ciberseguridad. La evaluación de riesgos debe ahora incorporar amenazas relacionadas con la ciberseguridad, un ámbito que hasta hace poco no estaba tan presente en el sector.
En este sentido, es fundamental que tanto los especialistas en prevención como los integradores actualicen sus conocimientos para incorporar esta nueva dimensión.
Por último, la pedagogía es clave para entender que, aunque un robot puede ser la máquina más repetitiva, también puede convertirse en la más imprevisible. Es importante que el entorno académico y profesional reconozca que el robot es una máquina peligrosa, no un juguete con el que se puede interactuar sin riesgos.
- España ha escalado posiciones a nivel mundial en cuanto a instalaciones de robots industriales. Desde tu perspectiva, ¿cómo han evolucionado las empresas españolas respecto a la seguridad en entornos automatizados en los últimos años?
Existen diversos factores y depende en gran medida del tamaño de la empresa.
En general, las grandes compañías, acostumbradas a contar con robots en sus plantas, aplican buenas prácticas de seguridad. Aunque aún persisten algunos aspectos mejorables, el nivel de seguridad en la industria española es elevado, especialmente en entornos robotizados.
La presencia de un robot en planta suele implicar un mayor compromiso con la seguridad y una mayor concienciación.
Por otro lado, la llegada de los mal llamados “robots colaborativos” ha provocado que muchas personas se sientan capaces de montar y programar robots sin la formación adecuada, lo que puede derivar en malas prácticas de seguridad.
En resumen, podríamos decir que la evolución de la seguridad en entornos automatizados en la industria española es positiva, pero todavía nos queda un gran camino por recorrer.
- Uno de los grandes desafíos actuales es la convivencia entre trabajadores y robots en espacios colaborativos. ¿Qué soluciones ofrece Pilz para garantizar que esta interacción se produzca en condiciones óptimas de seguridad?
Desde los inicios de los cobots, fuimos pioneros en entender las normas y guías disponibles para ofrecer soluciones adecuadas y seguras.
Hemos ido desarrollando servicios específicos para el diseño de conceptos de seguridad en aplicaciones colaborativas, así como procesos de validación para asegurar que se cumplen todos los requisitos normativos. Esto incluye mediciones de impacto para garantizar la seguridad del operario.
Además, ofrecemos una amplia gama de productos, desde sensores hasta sistemas de control, que complementan los servicios de seguridad y permiten implementarlos eficazmente.
Por otra parte, nuestro enfoque consultivo se basa en la experiencia acumulada en proyectos colaborativos con todas las medidas de seguridad necesarias.
- ¿Cómo se están abordando desde Pilz aspectos como la ciberseguridad y el uso responsable de la inteligencia artificial en entornos industriales automatizados?
Son dos temas diferentes, aunque ambos cruciales.
En ciberseguridad, llevamos tiempo desarrollando y ofreciendo servicios de consultoría enfocados en la protección operativa a pie de máquina. Nos estamos adaptando también a regulaciones recientes como el Cyber Resilience Act.
Somos conscientes del impacto que un ciberataque puede causar ante una empresa, por lo que apostamos por la mejora continua y formamos a nuestros clientes a través de cursos especializados que cubren distintos niveles y públicos.
Respecto a la inteligencia artificial, desde la perspectiva de la seguridad funcional es un tema complejo. Algunas normativas relacionadas se retiraron por falta de consenso técnico.
La IA aprende de datos en situaciones normales, pero su capacidad para responder adecuadamente en escenarios anómalos requiere un entrenamiento y desarrollo mucho más profundos.
Por ello, este campo aún necesita más debate, investigación y análisis técnico antes de poder implementar soluciones de IA maduras en el campo de la seguridad.
- De cara al futuro, ¿cómo imaginas el papel de Pilz en la configuración de estándares y soluciones que respondan tanto a los requisitos técnicos, como a la necesidad de una automatización ética, segura y sostenible?
Pilz lleva el espíritu de seguridad en el logo, y nos gusta llamarnos embajadores de la seguridad.
Para nosotros la seguridad no es negociable, y por ello contamos con una fuerte inversión en I+D que nos permite estar a la vanguardia tecnológica, lo que se refleja en la calidad de nuestro equipo técnico y en el nivel de conocimiento que ofrecemos.
Participamos activamente en comités de normalización para dar respuesta en a todas aquellas normativas que respondan a las necesidades reales del sector.
Con un equipo de ingenieros altamente cualificados y una sólida base tecnológica, estamos preparados para seguir liderando soluciones que integren aspectos técnicos, éticos y sostenibles en la automatización industrial.