Universal Robots colabora en el nuevo videoclip de la banda estadounidense OK Go

25 de abril de 2025 0
  • La compañía danesa, líder en robótica colaborativa, ha integrado 25 robots sincronizados al ritmo de la música en una coreografía de precisión nunca antes vista.
  • El español Miguel Espada, pionero en el uso de robots con fines artísticos, ha sido el encargado de codirigir el proyecto.
Universal Robots colabora en el nuevo videoclip de OK Go
Utilizando los brazos robóticos de Universal Robots, el equipo de rodaje consiguió controlar dinámicamente las posiciones y movimientos de los espejos para generar efectos visuales únicos.

La célebre banda estadounidense OK Go, conocida mundialmente por sus videoclips visualmente impactantes, ha vuelto a romper moldes con Love, su producción audiovisual más ambiciosa hasta la fecha. Lo han logrado gracias a una innovadora colaboración con Universal Robots, empresa líder en robótica colaborativa, integrando 25 robots sincronizados al ritmo de la música en una coreografía de precisión nunca antes vista.

La dirección del videoclip ha corrido a cargo del español Miguel Espada, pionero en el uso de robots con fines artísticos. Junto a él, también participaron detrás de las cámaras Damian Kulash, vocalista de OK Go, y el director Aaron Duffy. El clip, grabado en un plano secuencia, tuvo lugar en una antigua estación de tren en Budapest, donde se reunieron más de 60 profesionales de 10 países distintos.

“Queríamos crear reflejos infinitos como metáfora del amor. Pero para lograrlo con precisión, necesitábamos una tecnología capaz de mover espejos con exactitud milimétrica. Los robots colaborativos fueron la única opción viable”, explica Miguel Espada.

La automatización, al servicio del arte

Utilizando los brazos robóticos de Universal Robots, el equipo de rodaje consiguió controlar dinámicamente las posiciones y movimientos de los espejos para generar efectos visuales únicos, inspirados en la repetición y la multiplicidad del amor familiar.

“Los únicos que nunca arruinan una toma son los robots”, aseguraba Espada, tras alcanzar el resultado final en la toma número 39. La facilidad de programación y la seguridad para operar junto a los humanos fueron factores clave. “En pocos minutos mostramos al equipo cómo usar el modo de enseñanza para mover los robots con la mano. Incluso Damian bromeaba llamándolo ‘modo touchy-touchy’”, recuerda el director español.

Uno de los mayores retos técnicos del videoclip fue sincronizar los movimientos de 25 brazos robóticos en un entorno donde convivían en tiempo real personas, cámaras, espejos móviles y maquinaria. La seguridad, en este contexto, era tan importante como la precisión. “Combinar robots, espejos y personas es potencialmente peligroso, pero en Universal Robots trabajan con las normativas de seguridad más estrictas”, explica Espada. “Este era un factor clave, ya que en un rodaje con espejos en movimiento y personas atravesando espacios estrechos, necesitábamos estar seguros de que la tecnología no representara ningún riesgo”.

Además de la seguridad, el proyecto exigía un altísimo nivel de coordinación. Para lograrlo, el equipo recurrió al protocolo RTDE (Real-Time Data Exchange) de Universal Robots, que permitió programar los movimientos de los brazos robóticos al mismo tempo que la canción, exactamente a 78 BPM. “Normalmente, las animaciones se ejecutan a 30, 50 o incluso 100 fotogramas por segundo. En este caso, adaptamos todo el sistema para que se comportara como una coreografía musical” comenta Espada.

La arquitectura tecnológica del proyecto se basaba en dos capas. Por un lado, un controlador en Python que lanzaba más de 30 hilos simultáneos (uno por cada robot), y por otro, una capa visual desarrollada en OpenFrameworks (C++) que orquestaba toda la animación en tiempo real. Un sistema complejo, pero lo suficientemente robusto como para dar vida a una de las producciones audiovisuales más desafiantes y visualmente sorprendentes de los últimos años.

Esta no es la primera incursión de Espada con los robots de Universal Robots. En el cortometraje Wet Love, utilizó un cobot para mover objetos reales frente a un croma y generar una animación que combinaba movimiento físico con inteligencia artificial basada en Stable Video Diffusion. La obra fue descrita como “una fusión mágica entre precisión automatizada y alma artesanal”.

Los cobots también bailan, pintan y actúan

Universal Robots ya ha demostrado en diversas ocasiones su capacidad para trascender los límites de la industria y adentrarse con fuerza en el terreno del arte. Sus robots colaborativos (cobots) han participado en creaciones de todo tipo, como por ejemplo haciendo retratos con el artista Marc Sallent o en coreografías junto a la reconocida bailarina y coreógrafa Sol Picó, con quien compartieron escenario en el Teatro Nacional de Catalunya en una emotiva pieza que exploraba la relación entre humanos y máquinas.

También han formado parte de montajes escénicos de gran envergadura, como la innovadora versión de Turandot en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, donde los cobots UR10 se convirtieron en elementos escenográficos vivos, moviendo luces y decorados en perfecta sincronía con la ópera. Incluso han moldeado barro en directo, durante un concierto de la Orquestra de Cambra de Granollers, dando forma a esculturas al ritmo de Haydn y uniendo música y cerámica en una sinfonía visual.

Los cobots están diseñados para trabajar mano a mano con humanos de forma segura y eficiente en entornos industriales, pero ahora también se están consolidando como una herramienta útil para los artistas. Su facilidad de programación, versatilidad y precisión los convierten en aliados perfectos para cineastas, escenógrafos, músicos y todo tipo de creadores que buscan expandir los límites de su lenguaje expresivo mediante la tecnología.

Universal Robots colabora en el nuevo videoclip de OK Go.
Redacción
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